Sobre nosotros
Tejea Verde
Nacimos en 1991 con el objetivo de revitalizar la cultura del chacolí en Cantabria, siendo el primer vino de la región desde el siglo XX. Nuestra bodega, ubicada en los históricos bajos de la antigua escuela, ahora reconvertida en el museo Etnográfico de Villaverde, ofreciendo una experiencia única que conecta la tradición vinícola con la historia local.
La producción de chacolí en Cantabria y sus alrededores se documenta desde el siglos XVIII y XIX, utilizando la variedad de uva Courbu Blanc Riesling. Este vino, conocido como «vino de la tierra» o «vino patrimonial» en Cantabria, se elaboraba artesanalmente para autoconsumo hasta su declive a finales del siglo XIX debido a la Filoxera y cambios socioeconómicos.
En las últimas décadas del siglo XX, mientras los viticultores vascos protegían el txakoli con denominaciones de origen, los productores cántabros se desligaron de esta variedad, desarrollando una identidad vinícola propia. Tejea Verde continúa esta tradición con un enfoque renovado, celebrando la herencia y el futuro del vino cántabro.
La filoxera, un insecto parásito que devastó viñedos en toda Europa a finales del siglo XIX, tuvo un impacto significativo en la viticultura de Cantabria. Aunque la región no era una de las más importantes en la producción de vino en comparación con otras zonas de España, la filoxera no dejó de causar estragos en los viñedos cántabros. Este insecto se alimenta de las raíces de las vides, lo que lleva a la muerte de las plantas, y su llegada significó la destrucción de una gran parte de las viñas locales, que en muchos casos eran explotaciones familiares y de pequeña escala.
El impacto de la filoxera en Cantabria fue especialmente devastador debido a la dependencia económica de muchas comunidades rurales en la viticultura como una fuente complementaria de ingresos. La pérdida de los viñedos obligó a los viticultores a abandonar sus tierras o a reconvertirlas para otros cultivos, como el maíz o el trigo, lo que alteró significativamente la estructura agrícola de la región. Además, la recuperación fue lenta, ya que la replantación de las vides con patrones resistentes, como las cepas injertadas en pies americanos, implicó una considerable inversión y tiempo, lo que no todos los pequeños productores podían permitirse.
El proceso de elaboración del vino en Tejea Verde es una fusión de técnicas tradicionales y avances tecnológicos, que se reflejan en la calidad y singularidad de este vino. Todo comienza con la cuidadosa selección de las uvas, donde se emplean variedades autóctonas de la región de Cantabria, como la Hondarrabi Zuri y Riesling. Estas variedades aportan al vino Patrimonial sus características únicas.
Una vez seleccionadas, las uvas se someten a una prensado suave para extraer el mosto sin dañar los componentes esenciales que influyen en el sabor y aroma del vino. Esta primera etapa es crucial y se realiza con técnicas vitivinícolas que respetan la integridad de las uvas. El mosto resultante es luego fermentado en depósitos de acero inoxidable, donde se controla minuciosamente la temperatura para asegurar una fermentación óptima.